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Fauna
Discotequera
Veo dolor, mucho
dolor Todo empezó en
aquellos güateques salchicheros a base de tocadiscos y güisquichelis para el peeersonaaaal.
Efectivamente: el personal, el factor clave de las discotecas. Nada de tipos de
músicas, decorados, efectos de luces, láser, neblinas londinenses... Lo que define
el ambiente es la gentuza que lo puebla. El
ligón: seamos sinceros, a ligar vamos todos. Pero vamos a centrarnos en esos
especimenes chuloplayas absolutamente deplorables. Generalmente operan
en solitario, en postura periscopio, detectando posibles víctimas
a quienes endilgar el rollo para conseguir el ídem. Fáciles de reconocer también
vía auditiva mediante sus sobadas frasecillas: Hola, ¿estás sola?,
Y ¿vienes mucho por aquí?, ¿De qué signo eres?, ¿Tienes novio?,
Y ¿tu amiga tiene?. Única respuesta admisible: "¡ Deja de dar pena,
tacaño, ráscate el bolsillo y vete a un puti !" El
pendón: por decirlo finamente. Ropa escasa de colorido incombinable
y tres tallas pequeña, botas charol pseudo-andamio y maquillaje cuasi-gotelé.
Además, siempre a la caza de un espacio en el putodium para contornearse en bailes
exóticos y permitir que le veamos también la tanga, porque las tetas ya
se las vemos fácilmente gracias a tanta transparencia. Se podía liar directamente
con el chuloplaya y ahorrarnos semejante espectáculo infame... ©
humorenlared.com - Actualizado el 21-11-02 |