Salas de espera
Buenas tardes, ¿el
último, por favor?
Bueno, hoy toca hablar de uno
de mis temas favoritos: las salas de espera de los hospitales.
La fauna que corre por allí es digna de aparecer en un documental
de National Geographic en el que todo el equipo estuviera drogado.
Para rellenar la página, vamos a hacer un pequeño análisis sobre
la gente que podemos encontrar en cualquier hospital.
- Señoras de la tercera edad (abuelae
hipocondriae): entrañables elementos de la fauna hospitalaria
que se especializan en dos tareas fundamentales: comentar en un
tono de voz desagradablemente alto los dolores y enfermedades
suyos o de los de alrededor, y protestar por lo mucho que tarda
el médico y lo bien que las trataba el doctor que se jubiló hace
cuatro años.
- Señores de la tercera edad (ancianus
carraspensis): básicamente, se dedican a toser hasta que escupen
unas flemas del tamaño de melones. También se les da muy bien
mirar hacia otro lado fingiendo que esa no es su mujer cuando
ésta se pone a discutir con alguien que le ha dicho que baje la
voz.
- Mamás (mater amantísima vigilantis):
suelen ir unidas a los niños (ver más adelante) y se encargan
de hablar con otras de su especie, generalmente de "lo raro que
está su nene, si él nunca se ha puesto enfermo desde que tuvo
las paperas de pequeñín". Son capaces de hacerse invisibles en
cuanto su hijo lía alguna.
- Nenes y nenas (engendris terribilis
vasectomía causalis): imprescindibles en todo hospital, son
capaces de sacar de quicio a una sala de espera abarrotada en
menos de 5 minutos. Te hacen desear que el médico, en vez de curarlos
para que puedan seguir jodiendo, les haga una autopsia en vivo.
Y en directo, para los más gore-adictos.
Y hasta aquí el breve muestrario
de pacientes de hospital. Otro día que tengamos más espacio, la
tomaremos con el personal hospitalario. Hasta entonces,
todos a ponerse hasta el culo de comer y beber. Y luego a urgencias,
que ese también es tema aparte.
© humorenlared.com
- Actualizado el 16-01-03
|