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Un mundo feliz

Vida y magreos de una reportera

Ajá! Por fin un tema hecho a mi medida, del que puedo hablar con toda autoridad y no me puede toser ni Dios! Y es que resulta que en su día, sin saberlo, hice amplio periodismo de investigación sobre la materia! Preparaos pues, para ser aleccionados por una experta conocedora de los entresijos hospitalarios!

Aquí la menda por algo se hace llamar la tía del bulto: en mi tierna mocedad fui operada dos veces por desviación de columna y la cosa degeneró en un peazo de bulto en la zona lumbar. Vestida parecía que llevaba un micro, como los de la tele. En mis inicios como reportera aun era poseedora del bulto y mi pseudónimo tenía sentido, pero me lo quitaron el año pasado. Así que deberíamos empezar a decirme "la artista antes llamada del bulto" o yo que sé, algo, que padezco crisis de identidad!.

Bueno, dejando mi historial médico aparte, os puedo decir que los hospitales hay que verlos en directo, no vale con hacerse a la idea con la serie de la tele, que no se parece ni de coña. Para empezar, el personal del hospital no se relaciona entre sí, olvidaos pues de chismorreos y batallitas nutritivas. Los médicos te inspeccionan como si de vehículo en taller se tratase y todo el personal luce una cara cuerno como si les debieran dinero.

Salidas de emergencia

Ninguna trouppe hospitalaria va a animaros la estancia entrando por la puerta acarreando un accidentado y vociferando: "varooon, 35 añoos, fractura craneal por intentar autohacerse una mamadaaa, desfibriladoooor!!!". No intentes confraternizar con enfermeras y celadores. Si de ellos dependiera os ibais a aburrir más que los percebeiros el año que viene. La única diversión que podéis encontrar, aparte de aquellos que se dignen a visitaros, será la que inconscientemente os proporcionen los demás inquilinos...

© humorenlared.com - Actualizado el 27-01-03

Más, en el nº 44 de KARMA dice: Ya en tu punto de venta