La publicidad es
nutritiva
Tiempo. Minúsculos granos
regalados a cualquier patán. Sucesión de grises cromos para deleite
de güevones. Tiempo. Carajillo apresurado a sorbos de madalena
caducada. Tiempo es lo que te va faltando para entregar tu currículum
puerta a puerta, para facilitarle la tarea al columnista.
Apúrate un poco más. Con el frío que hace apenas se huele la primavera.
Las calles se van llenando un poco más, nunca más y tu volverás
a bañarte en el mismo río. Tienes tiempo. Se te escurre pero hay
más. ¿Qué esperas de la vida?. De momento, que ese coche
no te salpique. Que ese kioskero no te vea robar el almanaque.
Que la policía no te confunda contigo mismo. A veces hasta tú
lo haces. Eres la sospecha con ojos.
Vigílate. La seguridad empieza
por tu persona. Sólo en casos extremos aparecen las autoridades.
Inaugurando algún tramo de autovía o regalando buzos y
pasadores. Las amapolas deberían tener seguro a terceros. ¿Y si
el espacio fuera un lujo?. Apúntate en la lista y abre
una cuenta ahorro vivienda. Así de mayor, las monjitas podrán
pagarte el asilo.
En otro orden de cosas, sigues
con el hocico pegado a la pantalla. También quieres una pegatina.
Sin una pegatina no eres nada. Piensas. ¿Falta mucho para
el verano?. En este barrizal había torneos de besos-tornillo.
En aquella esquina, pasaban de todo. Bajo aquel árbol te tiraste
un pedo. Que acabe el invierno. Que se callen todos.
© humorenlared.com
- Actualizado el 03-03-03
|