Los clásicos que nunca
fallan
Cuando las nieves colapsan las carreteras y el
frío corta el ambiente, los artículos de KARMA dice: empiezan a parecer
una canción de Carlos Goñi. Ventiscas, frioleras y las redes caídas. No hay
manera de desparramarle los sesos al imbécil de Juan. Mari Pili no
puede distraerse en el trabajo: les han colocado filtros para que no pierdan
el tiempo.
Tu grupo de esparcimiento virtual está disuelto
por las circunstancias adversas. Un buen momento para dejar el ordenador y
ponerte leer. ¡Una mierda! Ahí están los clásicos. Ahí está
el vago que llevas dentro, dispuesto a escaquearse a la primera oportunidad.
El Solitario de Güindous es tu salida.
Te han cortado los cables, pero no podrán quitarte los naipes. Cambiar
de dibujo las cartas. Barajar una y otra vez dejando que el tiempo vuele.
¿Quién necesita complicados argumentos? Miles de funcionarios no pueden
estar equivocados.
El Buscaminas ofrece la emoción de lo
desconocido. ¿Por qué le llaman Buscaminas si se trata de evitarlas? Así te
van engañando. Te engorilas aumentando tu puntuación y ha llegado la
hora de salir. ¡Qué putada! ¿A quién se le ocurrió lo de las 35 horas?
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