Te van a recoger
(con espátula)
Se ha hecho tarde de nuevo. Las teclas
empiezan a pasar factura. Aquel ordenador te engañó
con sus luces y sus pantallas. Automatrícula: ¡Parecía
fácil mientras acumulabas optativas en tu carrito de la
compra! Fuiste de resacón y ahora pesan los minutos
tontos entre clase y clase. Son horas de mirar al vacío
mientras proyectas todo tu aburrimiento. Míralo por el
lado positivo: te ahorras una pasta en caballo. Si abres más
la boca un autobús aparcará en tus encías.
Siempre esperas un autobús que te traiga o te lleve como
un animalito de granja. Recuerda: anunciaron recortes en las líneas.
Mierda. Tus horarios son el hijo bastardo de tu caos y
el plan de estudios.
Tus ideas se quedan fosilizadas,
fijadas y bien acristaladas en el bolsillo de tu pantalón.
Uh, uh.... ¡Sí! El bolsillo secreto guarda
las mejores sensaciones. La cabeza apenas la usas para algo que
no sea dividir los días entre normales y peores. Notas
algo de hambre pero te reconforta ser más joven que la
media. Casi te duermes y te ves sentado, con tu culo endureciéndose
a la misma velocidad que tu alma cándida. Empieza a
hacer frío y los días son más cortos. Mañana
será otro día... según se mire. Estás
amortizado por tu libre elección. Eres libre para
toda la vida. Un mundo se abre ante ti. ¡Venga!mal. A ver
esos síntomaaaaaaaaas.
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- Actualizado el 02-11-04
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