Métodos expeditivos para la contracepción del Siglo XXI

V Centenario del Condón

500 años de jodienda segura (y 3)

Por el Prof. Y. Láctico

La revolución industrial

Durante varios años, las investigaciones quedaron paralizadas. Hasta que en 1876. El predicador americano, Max T. Hurba, dio el paso definitivo para la configuración del condón actual, el látex. Todo empezó cuando, ante la persistente y rebelde erección que le asediaba, Max decidió hace penitencia fustigándose el miembro con una varita de avellano. Ante la imposibilidad de encontrar la dichosa varita, hubo de conformarse con restregársela contra la corteza de un pino resinero. A los pocos días de patentar su descubrimiento, murió por la imposibilidad de eliminar líquidos una vez seca la resina. Thomas Vulva Edisón recuperaría el invento de Mr. Max y le añadiría algunas mejoras industriales como la vaselina; que además permitía la sodomía, lo cual abre un nuevo horizonte y algún que otro culo. El pene de Max T. Hurba, en su envoltorio resinero, se conserva hoy en día en la sala oculta del Museo de las Pesas y Medidas de París, junto con un molde en amianto de la geta de Felipe González y el sacacorchos con el que Julen Guerrero construyó, a ratos libres, la primera línea del Metro de Bilbao.

A partir de aquí todo es historia, colores, olores, sabores y tamaños variados, que alegran y hacen más divertida la cópula nuestra de cada día. El último problema a resolver por los fabricantes, fue el de donde cojones (nunca mejor dicho) poner el dichoso código de barras . ¡AH! ¿Qué no lo sabes?, pues en la última vuelta PICHA CORTA.

ESTO TUVÓ UN COMIENZO

Y UNA SEGUNDA PARTE