El Batman geriátrico y ultraviolento vuelve a los kioskos

El Caballero Oscuro (2)

Una obra diferente

Al final, se daba el consabido enfrentamiento entre Batman y el Joker, pero también esta vez era distinto. Disparos a bocajarro. Cuchilladas. Cuellos partidos. Había mucho de nuevo en este comic. Y de excitante. Por encima de todo estaba la particular estética que destilaba en su conjunto, con esas viñetas pequeñas y claustrofóbicas con un estilo de dibujo que oscilaba peligrosamente entre el estrecho límite que separa lo caricaturesco de lo grotesco, y el apabullante colorido pictórico de Lynn Varley que a menudo se erigía en protagonista absoluto, llenando las carcasas vacías en que devenían los personajes dibujados por Miller, nada que ver con las planas tramas mecánicas de los comic books tradicionales.

La mejor palabra que se me ocurre para definir todo lo que este comic representaba para mí en ese momento es adulto. Todo lo que he descrito y más se me antojaba como algo demasiado serio, demasiado complejo. Además, aquello emanaba trascendencia por los cuatro costados. Abrumado, así me sentiría seguramente.

Aunque el recuerdo de este primer encuentro con la magna obra de Frank Miller no me abandonó en los años siguientes, tuvo que pasar bastante tiempo hasta que pude permitirme el lujo de adquirirla, esta vez en su formato de tomo recopilatorio. Mi afición por el comic ya había alcanzado conmigo la madurez, estaba más que familiarizado con la figura de Miller y conocía su importancia y lo que su trabajo había supuesto para la industria en general. Por fin me encontraba preparado para afrontar esta obra y comprobar por mí mismo todo lo bueno que hasta el momento había leído sobre ella.

© humorenlared.com-Carlos Zoom-
Actualizado el 11-10-01

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